Cuando Iván me invitó a formar parte de la exposición colectiva RecordArte, no tuve nada claro, en un principio, lo que iba a pintar, y optamos por un retrato de un hombre asesinado en 1936, Arsenio García, su historia la cuento aquí.
Quedaban cuatro días para inaugurar la exposición, y aunque estaba contenta con el resultado del retrato de Arsenio, me faltaba algo, me sentía con ganas de expresar algo, algo con fuerza, que transmitiera el sufrimiento de la mujer en cualquier conflicto bélico, y en concreto en aquella gerra civil. Así que decidí pintar una mujer sufriendo.
Busqué en la red, a ver si encontraba alguna imagen real de aquella época, pero las que encontré me afectaron tanto, que no me pareció bien inmortalizar ese dolor tan real, al menos para esta ocasión. Mientras tanto me topé con imagenes de mujeres llorando, pero no me parecieron lo suficientemente reales. Así que cogí un pañuelo, la reflex y puse el temporizador. Estaba atardeciendo, por lo que la luz era ya tenue; me senté junto a la ventana, para que esa luz mínima me iluminara la mitad del rostro, mientras que la otra quedara casi en penumbra. El siguiente paso fue sentir, pensar en aquellas mujeres que perdieron a sus hij@s, a su pareja, a sus padres...en fín, me puse en el pellejo de la mujer a las que han arrancado un pedazo de su corazón.
Hice unas 10 fotografías y al descargarlas en el ordenador para verlas con mayor detalle, lo tuve claro. Esa foto expresaba todo aquello que pretendía contar en mi cuadro, la luz era perfecta, el encuadre lo visualicé en el momento en el que la contemplé, y ni yo misma me reconocía. !qué ganas de empezar!
Quedaban cuatro días para inaugurar la exposición, y aunque estaba contenta con el resultado del retrato de Arsenio, me faltaba algo, me sentía con ganas de expresar algo, algo con fuerza, que transmitiera el sufrimiento de la mujer en cualquier conflicto bélico, y en concreto en aquella gerra civil. Así que decidí pintar una mujer sufriendo.
Busqué en la red, a ver si encontraba alguna imagen real de aquella época, pero las que encontré me afectaron tanto, que no me pareció bien inmortalizar ese dolor tan real, al menos para esta ocasión. Mientras tanto me topé con imagenes de mujeres llorando, pero no me parecieron lo suficientemente reales. Así que cogí un pañuelo, la reflex y puse el temporizador. Estaba atardeciendo, por lo que la luz era ya tenue; me senté junto a la ventana, para que esa luz mínima me iluminara la mitad del rostro, mientras que la otra quedara casi en penumbra. El siguiente paso fue sentir, pensar en aquellas mujeres que perdieron a sus hij@s, a su pareja, a sus padres...en fín, me puse en el pellejo de la mujer a las que han arrancado un pedazo de su corazón.
Hice unas 10 fotografías y al descargarlas en el ordenador para verlas con mayor detalle, lo tuve claro. Esa foto expresaba todo aquello que pretendía contar en mi cuadro, la luz era perfecta, el encuadre lo visualicé en el momento en el que la contemplé, y ni yo misma me reconocía. !qué ganas de empezar!
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| Acuarela en blanco y negro |
Evidentemente, quería pintar el cuadro en blanco y negro, valoré medio segundo si hacerlo en lápiz, pero tenía que hacerlo con acuarelas, bueno, mejor dicho con acuarela...negra. Cada pincelada, cada aguada, se acercaba más a ese sentimiento.
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| Proceso |
¿Qué deciros? que lo he disfrutado muchísimo, desde que me puse frente al objetivo, hasta la última pincelada.
Así que sólo me queda dar las gracias a Iván y a la asociación por el Recuerdo y Dignidad de Soria, ya que si no hubiera sido por ell@s, nunca habria pintado este cuadro.
Espero que os guste y dejéis vuestro comentario
BESAZACOS MIL
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